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San Miguel Arcángel

La crónica del Arcángel San Miguel emerge en el fragor de una batalla celestial. Las huestes del dragón se alzaron en combate, pero su derrota fue inevitable, y el cielo no halló lugar para su maldad. «Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y Satanás, el seductor del mundo entero» (Ap. 12, 7-12).

En la Biblia, San Miguel desempeña un papel crucial como el jefe de las legiones angélicas, luchando contra las fuerzas oscuras y protegiendo la causa divina. En el contexto de la Iglesia Católica, San Miguel es considerado no solo el protector de la Iglesia Universal, sino también el primer Arcángel, junto a sus compañeros, Gabriel y Rafael.

Como defensor de la Iglesia, San Miguel es objeto de veneración en la Iglesia. Su figura resplandece como guardián celoso, y su influencia se extiende con fervor por América Latina, evidenciado en los santuarios erigidos en Colombia y México. La oración a San Miguel Arcángel, impregnada de devoción, adquiere un lugar de relevancia en las almas hispanohablantes, donde se claman por protección y sanación.

San Miguel Arcángel, patrón de la Infantería y del Ejército en diversas naciones, encarna el liderazgo celestial. En países como Brasil, su manto de protección se extiende también sobre los Paracaidistas. Ocupando el pináculo de la jerarquía angelical, San Miguel ostenta la posición de “Arcángel”, un título que simboliza su rango como «Príncipe de los Ángeles». Dotado de inteligencia y voluntad, es el Jefe de las legiones divinas y el principal entre los seres angélicos.

En resumen, la historia del Arcángel San Miguel, tejida en las páginas sagradas y en las profundidades de la devoción, nos transporta a un escenario celestial de lucha y triunfo. Su papel como defensor de la fe, líder de las legiones divinas y protector de la Iglesia Universal, lo convierte en una figura de inquebrantable fortaleza y guía espiritual. A través de su intercesión, los fieles encuentran en San Miguel Arcángel un faro de esperanza y protección en su caminar espiritual.

Presentamos esta oración al Arcángel San Miguel:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

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