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Enfrentando Batallas Internas: Los Ejercicios Espirituales de un soldado

Ignacio de Loyola (1491-1556) fue un soldado y sacerdote español que fundó la Compañía de Jesús, donde se profesaban votos de pobreza, castidad y obediencia, además de otro especial de obediencia al papa. Su vida dio un giro significativo tras sufrir una grave herida en la defensa de Pamplona en 1521. Durante su convalecencia, experimentó una profunda transformación espiritual y decidió dedicarse por completo a Dios. Esta experiencia marcó el inicio de su camino hacia la fundación de la Compañía de Jesús.

Después de su conversión espiritual en 1521, Ignacio se retiró a hacer penitencia y oración en Montserrat y Manresa. Durante este tiempo, dedicó largas horas a la reflexión, la meditación y la oración, buscando una mayor comprensión de Dios y su voluntad para su vida. Fue en este período de profunda reflexión que Ignacio comenzó a escribir sus reflexiones y experiencias en forma de libretas y anotaciones. Estos escritos se convirtieron en la base de lo que posteriormente se convertirían en los “Ejercicios Espirituales”. A lo largo de los años, Ignacio revisó y desarrolló aún más estos escritos, adaptándolos para ser utilizados como una guía espiritual para otros en su búsqueda de Dios.

Curiosamente, los Ejercicios Espirituales fueron compartidos inicialmente con sus primeros compañeros y aquellos que lo acompañaron en su camino espiritual como guía para un retiro espiritual de 30 días. Esta intensiva práctica espiritual fue diseñada para sumergir a la persona en una profunda reflexión, meditación y discernimiento durante un mes completo. El retiro se llevaba a cabo en completa reclusión y silencio, permitiendo al ejercitante concentrarse plenamente en su vida interior y su relación con Dios.

Aunque esta versión de 30 días sigue siendo practicada, a lo largo del tiempo, San Ignacio adaptó los Ejercicios para hacerlos más accesibles a personas con diversas responsabilidades y compromisos. Se desarrollaron versiones más cortas, como retiros de 8 días o incluso Ejercicios dirigidos durante un fin de semana. Esta flexibilidad ha permitido que los Ejercicios Espirituales sean utilizados por una amplia variedad de personas, desde sacerdotes y religiosos hasta laicos y personas de diferentes tradiciones religiosas.

Después de elaborar los Ejercicios Espirituales en Montserrat y Manresa, peregrinó a los Santos Lugares de Palestina en 1523. A su regreso a España, inició estudios en diversas universidades. San Ignacio difundió el método de los ejercicios espirituales, lo que lo llevó a enfrentar sospechas de heterodoxia y dificultades con las autoridades religiosas.

Finalmente, reunió a un grupo de compañeros y fundó la Compañía de Jesús, dedicándose al apostolado, la enseñanza y el cuidado de enfermos. Fue elegido como el primer general de la orden religiosa. San Ignacio de Loyola falleció en Roma en 1556 y fue canonizado en 1622 por el Papa Gregorio XV. Hoy en día, la orden de los jesuitas cuenta con casi 19.000 miembros en todo el mundo.

La fiesta de San Ignacio se celebra el 31 de julio. Para aprender más de su vida, recomendamos el título Ignacio de Loyola, soldado de Jesús, de Julio César Romano Blázquez.

Si deseas aprender más sobre los Ejercicios Espirituales y su práctica, Verbum ofrece los siguientes recursos:
Ejercicios espirituales en el camino de la perfección
Los ejercicios de san Ignacio a la luz del Evangelio de Mateo
Puestos con el Hijo: Guía para un mes de ejercicios en clave de justicia

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