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Los ángeles custodios: Vigilantes y protectores en nuestro camino

Los seres celestiales conocidos como ángeles custodios o guardianes desempeñan un papel fundamental en las Sagradas Escrituras y en la vida de los creyentes. El Salmo 91 proclama: «A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos». El Evangelio agrega su voz cuando Jesús advierte: «Guárdense de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo les digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt. 18,10).

La misión de estos seres celestiales esencialmente consiste en acompañar a cada individuo en su travesía terrenal. Son guardianes vigilantes que resguardan tanto el alma como el cuerpo de los peligros, y ejercen su protección ante el mal. Con la responsabilidad de guiar a los fieles en su trayecto hacia el Cielo, los ángeles custodios se convierten en fieles compañeros de viaje, siempre presentes en cada paso. No abandonan a su protegido ni en los momentos de alegría ni en los de adversidad. Permanecen a su lado durante el trabajo, el descanso, la diversión, la oración, el auxilio invocado y hasta en los momentos en que este auxilio no es solicitado. Su compañía inquebrantable persiste incluso cuando el pecado aleja la gracia divina. Enfrentan con determinación los desafíos cotidianos y las tentaciones que acechan en la jornada de la vida.

El Catecismo de la Iglesia Católica también confirma su papel. El CIC, citando a San Agustín, afirma que «el nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel» (329). Puesto que estos seres contemplan constantemente el rostro del Padre Celestial (Mt. 18,10), se convierten en “agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra” (Sal. 103, 20).

Aunque en ocasiones se puede pensar que el ángel de la guarda es una figura relacionada con la infancia, esta perspectiva se queda corta. A medida que la persona crece y se enfrenta a mayores desafíos y tentaciones en la vida, la asistencia del ángel custodio se torna aún más valiosa y necesaria.

En última instancia, los ángeles custodios se revelan como guardianes celestiales de suma importancia en el viaje de cada individuo. Su presencia vigilante y su papel de guías espirituales atraviesan las páginas bíblicas y resuenan en la vida cotidiana de los creyentes. Su misión de proteger el alma y el cuerpo, de guiar en medio de desafíos y de velar por la relación con lo divino, los convierte en compañeros invaluables en la travesía terrenal. Al reconocer y honrar a los ángeles custodios como guardianes devotos, abrimos una puerta a la protección divina y a una guía espiritual constante en nuestro caminar.

Para aprender más sobre los ángeles custodios, recomendamos los siguientes recursos de Verbum:
Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino
Catecismo de la Suma Teológica
Diccionario de la Biblia: Historia y Palabra

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