• Buscar
  • ¿Perdió la contraseña?

Una Navidad más cálida y espiritual: Estar ahí para los demás

A medida que nos acercamos a esta temporada especial, es inevitable ver cómo el mundo moderno se va envolviendo en un frenesí consumista que, en ocasiones, puede distraernos del auténtico significado de la Navidad.

Navidad, cuya raíz proviene del latín nativitas («nacimiento»), no es simplemente una fecha en el calendario, sino un evento que marca la esencia de nuestra fe. Esta festividad celebra el nacimiento de Jesucristo, un acontecimiento de profundo significado para todos los creyentes. Dios envió a su único hijo, Jesús, para reconciliar al mundo consigo mismo. Él se encarnó plenamente para vivir entre nosotros: nació, vivió y dio su vida en sacrificio para salvarnos. A través de su amor, hemos sido adoptados como hijos de Dios mediante el bautismo.

La esencia de la celebración navideña radica en compartir momentos con la familia y celebrar el nacimiento de Jesucristo. Sin embargo, en medio del paso de los años y los avances tecnológicos, esta celebración ha experimentado un cambio notorio. En parte, esto se debe a la presión que ejerce la publicidad, que insiste en que la calidad de la celebración depende de regalos costosos y lujosos. Pero, ¿no deberíamos enfocarnos más en el sentido espiritual de la Navidad en lugar de anticipar con ansias la apertura de los regalos?

La obligación de dar regalos costosos, comprar ropa nueva y decorar nuestras casas de acuerdo con los estándares publicitarios ha alterado la esencia misma de la Navidad en la mente de muchos. ¿Cómo se celebraba originalmente esta festividad?

En la Edad Media, la Navidad era una de las fechas más esperadas del año, tanto para los ricos como para la gente común. Durante los largos 12 días de Navidad, la sociedad dejaba de lado sus ocupaciones diarias. Las casas se adornaban, y un tronco de Navidad se encendía en las chimeneas. Se intercambiaban regalos, se asistía a misas jubilosas en la iglesia y se disfrutaba de comidas festivas en familia. La música, el baile, las representaciones teatrales y los juegos llenaban de alegría estos días. Para muchos, la Navidad era, entonces como ahora, la época más especial del año. A medida que el tiempo avanzó, cada pueblo enriqueció esta celebración con sus propias tradiciones y costumbres.

Sin embargo, el cambio más drástico ocurrió en el último siglo, con la aparición del consumismo desenfrenado, la expansión de las grandes cadenas minoristas en los centros comerciales y la creciente influencia de la televisión y las redes sociales. Lamentablemente, en muchos casos, estas plataformas fomentan una competencia por mostrar un lujo material en lugar de un compartir espiritual.

En las últimas décadas, la anticipación de la Navidad se ha centrado en las luces, las visitas a los centros comerciales y la búsqueda de ofertas. A menudo, estas actividades eclipsan el tradicional mensaje de la iglesia. Grandes marcas incluso utilizan la Navidad como una oportunidad para promocionarse y aumentar su presencia en el mercado.

Entonces, ¿cuál es nuestra responsabilidad como católicos? Tenemos un doble encargo. En primer lugar, recordar la importancia de la encarnación: estar verdaderamente presentes para los que queremos. En lugar de limitarnos a un mensaje de texto o una llamada telefónica, convendría hacer el esfuerzo de visitar a aquellos que apreciamos. El calor humano y la cercanía física tienen un poder único para fortalecer los lazos familiares y transmitir amor y apoyo. La Navidad es una oportunidad para compartir momentos especiales con amigos y familiares, y estar físicamente presentes nos permite conectarnos de manera más significativa. En este 2023, hagamos un compromiso de estar allí, en persona, para celebrar y compartir el verdadero espíritu navideño.

En segundo lugar, debemos esforzarnos por promover el verdadero significado de la venida de Cristo, practicar y compartir su profundo mensaje y difundir la «marca» de Jesús, quien es el corazón de la Navidad. Regalar algo relacionado con nuestra fe es una forma de honrar esta festividad y compartir su espiritualidad.

Verbum puede ayudarnos a redescubrir el significado esencial del nacimiento de Jesús, nuestro Salvador. En lugar de ser arrastrados por el consumismo, enfoquémonos en la reflexión y la conexión con Dios durante esta Navidad. ¡Que estas festividades estén llenas de amor, esperanza y espiritualidad!

Recursos recomendados:
“Un gran milagro ha ocurrido aquí” (Novena de Navidad)
Fratelli Tutti (Español)

Redactado por
Verbum Español
Ver todos los artículos
Deja un comentario

Redactado por Verbum Español

Verbum Español

Síguenos